Publicado por: Coceta
Aragón / Numero_9 | Jue 01 - May - 2008

Hay un espíritu cooperativo muy típico en las compañías de teatro

Teatro del Temple sale a escena por primera vez en 1994, fruto de la fusión de dos compañías. “Decidimos aunar esfuerzos y convertirnos en una sociedad cooperativa.

actores del Tetro del Temple

¿Por qué una cooperativa? Hay un espíritu cooperativo que es muy típico en las compañías de teatro, no hay una figura típicamente empresarial sino gente diversa tirando del mismo carro para sacar adelante un producto artístico”, comenta Alfonso Plou, dramaturgo de la compañía.

En estos años Teatro del Temple se ha ido consolidando por su calidad y coherencia estética tanto en el panorama nacional como en las numerosas giras realizadas en el extranjero, especialmente en el ámbito latinoamericano. Su presencia en numerosos festivales nacionales e internacionales, su asistencia continuada en la difícil cartelera madrileña y los numerosos premios cosechados (incluido el Max al mejor espectáculo revelación) dan valor a una trayectoria basada en espectáculos de creación contemporánea sobre personajes artísticos cruciales en la historia del arte, sin olvidar sus apuestas por textos clásicos universales.

Compañía de repertorio

Teatro del Temple se autodefine como una compañía de repertorio. En estos momentos tiene en marcha seis espectáculos distintos: No, no siempre fui tan feo, Yo no soy un Andy Warhol, Fin de partida, Yo mono libre, Luces de Bohemia y 75%. Este último se estrenará el 23 de agosto en el Auditorio de la Exposición Internacional de Zaragoza. Se trata de una reflexión emocional, estética y audiovisual sobre el hombre y su relación con el agua.

La compañía combina distintos tipos de espectáculo, unos más grandes, otros más pequeños, unos más clásicos y otros más contemporáneos.

Y es precisamente esta variedad la que les ha ayudado a tener continuidad en las salas y a permanecer en escena todo el año. “Nosotros hemos hecho una apuesta por el teatro de sala para adultos y somos una compañía emblemática en Aragón”, explica Plou.

“Luces de Bohemia”: ocho actores dan vida a 50 personajes

actor del Tetro del Temple

La compañía zaragozana explora el clásico de Ramón del Valle-Inclán a través de una apuesta desnuda, un descenso a los infiernos que, a su juicio, aún está de plena vigencia. Más allá de sus hallazgos estéticos y su valor como documento de una época cercana, el texto sigue impactando por su reflejo brutal de nuestra propia raíz como seres humanos. Dirigida por Carlos Martín y con Ricardo Joven en el papel de Máximo Estrella, la obra sigue estremeciendo con su periplo por el Madrid más sórdido, en el que conviven vagabundos, delincuentes, prostitutas, periodistas o ministros. Ocho actores salen a escena dando vida a 50 personajes. La compañía ha querido desarrollar un espectáculo asequible al espectador, simplificando su puesta en escena, y con ello llenan los teatros. El 17 de mayo estarán en Tarazona, el 23 en Santurtzi y el 24 en Burgos.

“Tenemos, además, un concepto de productora y se nota nuestro sello particular. Con el tiempo hemos conseguido un nombre a nivel nacional, lo que nos ha permitido tener una relación fluida con el Gobierno de Aragón y con el Ministerio de Cultura. Ello nos ha ayudado a presentarnos a las concertaciones bianuales”.

“En la compañía defendemos el teatro no como una mera actividad de ocio sino como una actividad cultural, sin dejar de entender el tipo de espectáculo que desea el público”, señala Plou. Aunque en opinión de este dramaturgo el teatro en general no vive un momento malo, sí reconoce cierta crisis en el teatro juvenil. Quizá, reflexiona, “no se están haciendo espectáculos para ese público”.

“Cada función es un premio”

Para Alfonso Plou cada representación es un premio. No por ello hay que olvidar que esta compañía recibió el Premio Max de las Artes Escénicas en 2003, en la categoría de Espectáculo Revelación, por su obra Picasso adora la Maar. Las giras por Latinoamérica, la presencia en multitud de festivales y otros premios conseguidos por la compañía o a título personal por alguno de sus miembros son la demostración, y también la parte más dulce, de que Teatro del Temple es una de las compañías que ha logrado mantenerse en el difícil mercado de las artes escénicas, creando y desarrollando obras con un sello muy particular.