Publicado por: Coceta
Extremadura / Numero_21 | Jue 11 - Nov - 2010

Asistencia y alojamiento para mayores por una cooperativa del mismo pueblo

Ofrecer a las personas mayores los servicios de asistencia y alojamiento que necesitan sin salir de su pueblo y que sean sus propias vecinas quienes les atiendan. Esa es la fórmula que aplica en su labor cotidiana la cooperativa extremeña Santa Catalina, situada en la localidad de Esparragosa de Lares (Badajoz).

Cooperativa Santa Catalina

“Nos gusta que la gente del pueblo vea que se ofrecen servicios más personalizados que los de una residencia de mayores”.

La cooperativa comenzó su andadura en el verano de 2006, cuando tres mujeres del municipio, emprendedoras y decididas, optaron por formar una sociedad cooperativa de trabajo asociado para gestionar una residencia del ayuntamiento y así poder atender a personas mayores para que éstas pudieran disfrutar de un servicio de atención con unas condiciones que asegurasen su bienestar.

El suyo es un buen ejemplo de cómo el sector de los servicios sociales puede ser una oportunidad y alternativa al desempleo o la emigración para la mujer en zonas rurales. Así lo reconoce Mª Carmen Gómez, la secretaria de la cooperativa: “Cuando decidimos embarcarnos en esta incierta aventura, nuestra intención era doble: por una parte, no pasar a engrosar la lista de paradas y, por otra, no tener que abandonar el pueblo en busca de empleo”.

Así, aprovecharon la oportunidad que les brindaba el ayuntamiento de la localidad pacense de hacerse cargo de la Residencia de Mayores, pues tanto ella como Laura María Pérez, la presidenta de la cooperativa, estaban trabajando con personas mayores en un pueblo de al lado, así que no les faltaba experiencia laboral.

Antonia López Valdivia, otra de las socias de la cooperativa recuerda lo difíciles que fueron los comienzos. “Como es normal en el inicio de cualquier empresa, durante un tiempo sólo había costes y trabajo, gastos y no pocos quebraderos de cabeza, pero hoy, después de cuatro años podemos sentirnos satisfechas del resultado conseguido”.

Sobre la clave de su éxito, la presidenta explica: “Toda esta serie de servicios sociales que necesita un pueblo que ronda los mil habitantes, los pueden ejecutar personas de aquí mismo y sin necesidad de acudir a empresas de fuera que luego se llevan el beneficio y que no tienen ninguna vinculación con la localidad”.

Lucía Casatejada, una de las trabajadoras de la cooperativa, asegura que les agrada “que la gente del pueblo vea a la residencia como un lugar donde se ofrecen servicios más personalizados que los de una residencia de mayores o un centro de día y por ello las personas que viven aquí o pasan parte del día, dispongan del mayor grado de autonomía”.

Pero aparte de facilitarles un alojamiento a quienes no pueden permitirse otra opción, la secretaria de Santa Catalina reconoce que su principal tarea es fomentar la vida social de estos mayores, desarrollando hábitos para la convivencia, compartiendo tareas y servicios comunes, apoyarles en sus acciones cotidianas y ofrecerles todo tipo de actividades culturales y de entretenimiento.

Y si todo esto fuera poco, ya piensan ampliar su oferta de servicios, pues entre sus proyectos para el futuro, figura el poner en marcha un servicio de lavandería junto con el catering que incluye la comida y la cena.