Publicado por: Coceta
Extremadura / Numero_11 | Mie 01 - Oct - 2008

Dar luz en tiempos de crisis, unidos y generando ideas

Quince años ha cumplido recientemente la cooperativa Instaladores de Mérida, situada en la ciudad extremeña del mismo nombre. Se trata de una pequeña empresa especializada en instalaciones eléctricas de baja y alta tensión.

Instaladores de Mérida ofrece sus servicios al sector industrial y a pequeñas empresas

Instaladores de Mérida ofrece sus servicios al sector industrial y a pequeñas empresas.

Sus socios echan la vista atrás y rememoran cómo dieron vida a su proyecto: “Empezamos en 1993. Hasta la fecha habíamos trabajado para una conocida empresa del sector, pero hubo una regulación de empleo y nos vimos en la calle”, recuerda Julián Mediavilla, uno de los socios fundadores. Lejos de amilanarse ante esta adversidad, Julián y otros compañeros decidieron unirse y montar la cooperativa. Todos tenían claras cuáles eran las principales bazas a jugar en la nueva aventura que emprendían juntos: eran jóvenes y conocían bien el oficio.

Ventajas e inconvenientes de ser pequeños

Como suele ser habitual en las pequeñas cooperativas, la inversión económica fue el primer contratiempo al que tuvieron que hacer frente. Lo solventaron invirtiendo el dinero cobrado del paro y alguna ayuda que recibieron por generar puestos de trabajo con la puesta en marcha del proyecto. “De esta forma, pudimos instalarnos por nuestra cuenta y mantenernos a flote hasta que empezamos a tener clientela”, explica Juan Hernández, otro de los socios fundadores.

Estos emprendedores son conscientes de lo importante que es que la gente conozca cómo trabajan. Al ser socios y trabajadores, son los primeros interesados en que las cosas salgan bien. Por eso ponen especial ahínco en cumplir con la palabra dada al cliente y en respetar los plazos de ejecución de obra prometidos.

Instaladores de Mérida trabaja principalmente para el sector industrial. De hecho, son los responsables de las instalaciones realizadas en los túneles de Miravete, en la A-5. No obstante, se adaptan a todas las situaciones, así que no dudan en aceptar encargos menores, sobre todo ahora que las cosas no van bien. “El parón de la construcción afecta a las pequeñas empresas y autónomos. Existe más competencia e incluso hay una especie de mercado negro formado por profesionales no autorizados”, señalan.

Pese a que corren malos tiempos para todos económicamente hablando, esta pequeña cooperativa mantiene las ganas de salir adelante. Así que va capeando el temporal y no desdeña encargos domésticos y de pequeñas empresas. Mientras, amplía sus campos de actuación y ya se ha adentrado en el ámbito de la domótica y las telecomunicaciones.