Publicado por: Coceta
Extremadura / Numero_23 | Lun 27 - Jun - 2011

La empresa reconvertida Codelama se adapta a las necesidades del mercado

Codelama, cooperativa de la madera, está situada en Guadareña (Badajoz), en la comarca de Don Benito, y lleva más de 15 años dedicada a trabajar la madera. Esta cooperativa es el resultado de la unión de seis trabajadores que en 1995, tras cerrarse las puertas de la fábrica de muebles para la que trabajaban, decidieron organizarse de forma autónoma y hacer realidad su proyecto empresarial.

Cooperativa Codelama

En Codelama realizan todo tipo de trabajos relacionados con la carpintería.

Aunque poner en marcha una nueva empresa siempre conlleva un sobreesfuerzo, los socios de Codelama no recuerdan que sus comienzos resultasen especialmente complicados, aunque si los catalogan de especiales: “Llegamos a un acuerdo con los antiguos propietarios y nos quedamos con la maquinaria. Además, con la capitalización del paro, alguna subvención de la Junta por creación de puestos de trabajo y un poco de dinero que pusimos de nuestros bolsillos, continuamos en la misma línea de la empresa de la que proveníamos. Hacíamos muebles clásicos como dormitorios y salones y los vendíamos por todo el territorio nacional”, explica Paco León uno de los socios fundadores de Codelama.

El boom de la construcción que vivió el país pocos años después de la puesta en marcha de Codelama animó a sus socios a dar un giro a su trabajo. Dejaron de lado la fabricación del mueble clásico y se centraron en el montaje de armarios empotrados, respondiendo así a la demanda creciente del sector inmobiliario.

Los socios, que se hicieron cargo de la fábrica donde trabajaban, saben el oficio desde los 14 años

Sin embargo, con la posterior crisis generalizada de la construcción tuvieron que replantearse de nuevo hacia donde dirigir su trabajo. Así, hoy centran su labor en la rehabilitación de viviendas y se adaptan a lo que su variopinta clientela les va demandando: “Lo que tendemos a hacer actualmente es a trabajar por encargo”, especifica Ángel, otro de los socios. “Tenemos buena reputación. Ofrecemos una calidad del producto acorde con el presupuesto del cliente. Nuestra mejor publicidad es el boca a boca y nuestro mercado la zona en la que vivimos”.

No les da miedo aventurarse en grandes proyectos. Consideran que su saber hacer unido a una buena gestión de cada trabajo y a su consolidada reputación son su mejor carta de presentación: “Sabemos trabajar con todo tipo de maderas nobles como el roble y la madera de cerezo, hoy muy solicitada, y por supuesto, podemos hacer todo tipo de mobiliario para el hogar, desde una puerta de entrada a una casa, a un dormitorio, pasando por la cocina, armarios, estanterías u otras cosas. Lo que haga falta”, añade Policarpo.

Con respecto al futuro lo tienen claro: “Debemos dirigir nuestro negocio hacia las familias que hoy, tal y cómo están las cosas, son nuestros mejores clientes. Eso y aceptar todo tipo de encargo”. Y es que a estas alturas, la madera es, para ellos, un libro abierto: “Somos capaces de hacer cualquier cosa porque la carpintería no tiene ningún secreto para nosotros. Llevamos en este oficio desde que teníamos 14 años”.