Publicado por: Coceta
Extremadura / Numero_15 | Jue 09 - Jul - 2009

Ladrillos y jamones, todo en uno

La Cooperativa Ladrillera de San Marcos pasó de secar ladrillos a secar jamones de bellota. Pese a los difíciles inicios, hoy cuenta con su propia fábrica de embutidos. Sus productos cárnicos se venden en almacenes de renombre y traspasan las fronteras españolas.

Cooperativa Ladrillera San Marcos

Empezaron fabricando ladrillos hace más de 30 años. Pero las circunstancias meteorológicas les llevaron a la fabricación de jamones que hoy se venden en España y Portugal.

La Cooperativa Ladrillera de San Marcos nació hace 31 años en la comarca de Calera de León (Badajoz). La iniciativa surgió de un comerciante de cierto renombre en el pueblo que, junto al párroco, buscaba poner en marcha una iniciativa que evitase que los jóvenes de la localidad abandonasen el pueblo. La respuesta la encontraron en unos antiguos hornos árabes que volvieron a poner en marcha para fabricar ladrillos de forma artesanal.

La nueva empresa comenzó su andadura con diez socios fundadores. “Ya en un principio, nos inclinamos por el régimen societario de la cooperativa. Los interesados nos juntamos en 1977 y pusimos 5.000 pesetas cada uno para comprar maquinaria de segunda mano, que nos salía más barata, y un terreno al lado del horno árabe en el que construimos otros dos hornos más”, recuerda Javier Garrón, presidente de la cooperativa. A ello tuvieron que sumar las cantidades económicas conseguidas a base de pedir préstamos para construir un pozo de sondeo que les permitiera llevar a cabo su trabajo.

La fabricación de ladrillos de forma artesanal resultó sumamente sacrificada. Los hornos, con más de siete siglos de antigüedad, resultaban trabajosos. Pero con el tiempo el grupo de emprendedores fue recogiendo los frutos: “Los primeros años nos dejamos la piel haciendo ladrillos, pero con el paso del tiempo pudimos comprar otros terrenos, hicimos nuevas naves, construimos hornos más modernos y logramos llegar a hacer hasta 45.000 ladrillos al día”, recuerda Joaquín Cubero, director gerente de la empresa.

Actualmente, la cooperativa no sólo se dedica a la venta de materiales para la construcción. También dispone de un espacio específico para la exposición de complementos del hogar.

Actividad compartida

El invierno de 1989 fue especialmente lluvioso, algo nocivo para el buen funcionamiento de la empresa ladrillera pues con la humedad es imposible que los ladrillos se sequen correctamente y a tiempo. Esta circunstancia fortuita fue la causante del replanteamiento de la actividad de la pequeña empresa.

Los socios de Cooperativa Ladrillera de San Marcos pensaron que, como casi todos ellos se dedicaban en mayor o menor medida a la cría del cerdo en sus fincas, podían aprovechar sus instalaciones para secar los jamones resultantes de las matanzas porcinas. Y así fue como la cooperativa inicia esta nueva y original andadura empresarial. “¡Quién se iba a imaginar que el cochino sería la base de nuestra actividad en el futuro y que pondríamos en el mercado nuestros embutidos!”, comenta risueño Garrón.

En 1990 la cooperativa construye una fábrica de embutidos y en 1992 comienzan la elaboración de jamones, lomos, etc. “El proceso de preparación y posterior curación lo hacemos en nuestros propios secaderos. El jamón de bellota es nuestro producto estrella, lo puedes encontrar hasta en El Corte Inglés”, comentan orgullosos los socios.