Publicado por: Coceta
Extremadura / Numero_10 | Mar 01 - Jul - 2008

Trujillo supera los baches

La sociedad cooperativa textil Trujillo Virgen de la Victoria lleva funcionando 42 años gracias al aplomo de sus socias, que se enfrentan a las dificultades y a los tiempos de crisis con tesón y ganas de seguir adelante.

Cooperativa textil Trujillo Virgen de la Victoria

La cooperativa textil Trujillo Virgen de la Victoria lleva más de 40 años en funcionamiento. Ahora, su producción se resiente ante la crisis que vive el sector.

1966 no es un año que Josefa Sánchez recuerde con indiferencia. Para ella, una de las socias fundadoras y actual vicepresidenta de la cooperativa textil Trujillo Virgen de la Victoria, fue el comienzo de una aventura laboral que aún dura. Fue en aquel año cuando un grupo de personas influyentes de Trujillo decidió montar una cooperativa que diese trabajo a las mujeres de la localidad. Con este propósito ofrecieron a 59 chicas muy jóvenes la oportunidad de asociarse con ellos para así montar una empresa de confección textil. “La mayoría éramos unas niñas que, con apenas 16 años, acabábamos de salir de la escuela”, rememora Josefa. El desapego a los libros de unas y la falta de recursos de otras, las llevo a embarcarse en este proyecto de futuro de larga trayectoria.

Duros comienzos

Los inicios no fueron fáciles. Su primera sede fue en la sala parroquial Las Azules, un centro religioso de acogida para niñas. Después tuvieron que deambular por diferentes lugares hasta encontrar una ubicación definitiva para su empresa. Finalmente, gracias al desapego económico de uno de los vecinos del pueblo, lograron hacerse con un local a las afueras de Trujillo. Allí, con el esfuerzo económico de todas las socias y un préstamo facilitado por el Ministerio de Trabajo pudieron, por fin, levantar un edificio en condiciones en el que desarrollar su labor.

Desde entonces, son muchas las puntadas que han dado estas mujeres a todo tipo de prendas: “Hemos cosido de todo. Desde ropa para niños, señoras y caballeros hasta prendas para militares, cuando todavía hacer la mili era obligatorio y había más soldados que ahora”, recuerda Victoria Alvarado, otra de las socias más antiguas de la cooperativa.

Espíritu optimista

En tantos años, la sociedad ha pasado por buenos y malos momentos, pero sus componentes siempre han sabido adaptarse a la situación socioeconómica que les ha tocado vivir: “En los buenos tiempos llegamos a ser más de cien socias y trabajadoras en la empresa, aunque la media siempre ha estado en torno a las setenta y cinco”, comenta Pilar Murillo, actual presidenta de la sociedad.

La crisis generalizada que vive el sector también afecta a la cooperativa textil de Trujillo. Y es que, el hecho de que las grandes empresas tiendan a encargar el grueso de la confección textil a otros países no se lo pone fácil a estas pequeñas empresas.

Hoy, la sociedad Virgen de la Victoria apenas llega a las 30 socias. No obstante, las que siguen al pie del cañón intentan sonreír ante los malos tiempos y buscar alternativas que les permitan seguir trabajando. Por eso, aprovechando que cuentan con espacio suficiente, no descartan acondicionar una parte del edificio para otro tipo de labor. De esta forma, quizá puedan seguir dedicándose a la costura.

Pese a todo, aseguran que trabajan con la misma ilusión que al principio y procuran mantener un buen ambiente. Pilar explica que “la cooperativa no sólo es un centro de trabajo, sino también un punto de encuentro en el que reunirnos para intercambiar experiencias y dar rienda suelta a nuestras inquietudes. Además, Trujillo es una ciudad pequeña, por lo que la cercanía de nuestros hogares a la cooperativa nos ayuda a conciliar el trabajo con la vida familiar”.