Publicado por: Coceta
Galicia | Mar 16 - Ago - 2011

Una mujer entre los hombres

Con las mujeres que trabajan en sectores masculinizados sucede a veces lo mismo que con las mujeres líderes: deben vivir en un mundo de hombres. Purificación Alfonso, presidenta de la unión gallega de cooperativas, Ugacota, es también oceanógrafa y trabaja con otras tres mujeres en la cooperativa Ardora. Cuando trabaja con los barcos pesqueros –donde principalmente hay hombres–, tiene que demostrar que una mujer vale lo mismo que un varón.

Purificación Alfonso en la última Asamblea General de Coceta

“En proyectos específicos en los que tienes que subir a bordo hay una cierta desconfianza hacia nuestras actitudes y capacidades”, explica Alfonso. “Si voy con un compañero la mayoría de los armadores confían más en él que en mí. Yo noto que tengo que demostrar mis conocimientos, mientras que si no fuese una mujer eso se supondría. Después, cuando demuestras lo que sabes, ya te quieren”.
En Ardora también han trabajado con el sector del metal, eminentemente masculino. “No he sentido discriminación pero sí he visto a algunas personas que consideran que las mujeres no estamos tan capacitadas para hacer determinados trabajos. He escuchado a alguno decir que confundimos igualdad con homogeneidad, y que no deberíamos existir en ese sector, aunque ahora estéticamente se ve mal decirlo, y muchos se callan”.

La cooperativa trabaja en programas con cursos de formación y allí han tenido que demostrar el valor de la mujer. “Muchas veces lo que impera son los prejuicios y el desconocimiento, pero eso se elimina en cuanto se ve que las mujeres valemos lo mismo”, cuenta Alfonso. En uno de los programas que llevan a cabo, las personas que terminan el curso hacen prácticas en las empresas. “Al principio, cuando íbamos a hablar con los armadores, pedían hombres. Tenía mos a una chica pero nadie quería admitirla. Finalmente, uno dijo que sí y la admitió. Y cuando la vieron trabajar vinieron y me dijeron ‘si lo hubiera sabido, te pedía a la chica’. Las mujeres tenemos que ser mejores o súper heroínas porque es la manera de abrir la puerta a las demás. En las prácticas había chicos que se bajaban de los barcos, que no aguantaban, pero eso no era problema. El tema hubiera sido que se hubiera bajado la mujer”.

Alfonso también ha notado algo que aunque no es positivo es un avance. “Hace años el rechazo a las mujeres no estaba mal visto. Ahora incluso si lo sienten se guardan más de decirlo. Esto quiere decir que la sociedad está cambiando y que esas personas se dan cuenta de que su comportamiento no es admitido ya. Ya no es políticamente correcto y eso es un avance”.