Volver a la vida rural, Como cabras

Quizá sea necesario un toque de locura para dejar la vida en la capital y lanzarse de lleno a la elaboración artesanal de queso de cabra en un municipio que no alcanza los 1.700 habitantes. Tal vez por eso, los cuatro socios de la cooperativa Como Cabras no tuvieron dudas a la hora de elegir el nombre de su empresa.

Miembros de la cooperativa, con sus familias en su nuevo ámbito de vida, alejado del bullicio de la ciudad.

“Nos gustó cómo sonaba y, además, nos sentimos plenamente identificados con él. Dar el salto del medio urbano al rural para poner en marcha una granja de caprino sin perder la dignidad es una tarea difícil, y gestionarla a través de una cooperativa aún es más difícil. Así que quizás hay que estar como cabras para lanzarse a esto, ser arriesgado, valiente y un poco chulo”, explica uno de los socios, Javier Lozano.

La cooperativa Como Cabras nació hace aproximadamente año y medio. Fue la consecuencia natural de una primera cooperativa que no tenía nada que ver con lo que es hoy en día. “Surgió la necesidad de rehabilitar nuestras casas, en Castro Caldelas (Ourense), y formamos una pequeña cooperativa de construcción. No nos gustaba mucho y así surgieron Como Cabras y otra empresa que elabora mermeladas”, recuerda Lozano.

De ahí, y con el asesoramiento de un maestro quesero, los cuatro socios formaron una cooperativa que tiene por delante un futuro prometedor.

Su primera producción, realizada en una quesería “prestada”, alcanzó los 2.200 kilos de queso y tuvo muy buena acogida.

“Casi toda la producción la vendimos directamente en mercados y pequeñas tiendas. Nos ha ido mucho mejor de lo que pensábamos”, afirma Lozano. Por eso no es extraño que los socios piensen ya en duplicar el año que viene la producción del queso Touza Vella, así como en elaborar otros productos derivados de la leche caprina (yogur, crema de queso…).

Lejos del ambiente urbano del que proceden, elaboran ellos mismos sus productos. “Un maestro quesero todavía nos ayuda porque hacemos el queso con leche cruda, una forma muy artesanal, pero es una materia muy viva que puede dar lugar a lotes muy diferentes, por lo que tenemos que cuidar bien todo para conseguir homogeneizar el producto”, dice Javier Lozano.

De esta forma “agotadora”, la cooperativa va abriéndose poco a poco paso en el mercado. Su objetivo es que de la leche de sus cabras se lleguen a elaborar entre 10.000 y 12.000 kilos de queso al año.

Antes, la empresa ha de hacerse con una quesería propia, capaz de asimilar tal cantidad de producción.