Una empresa que gestiona el tiempo

REDACCIÓN / VALDEPEÑAS

Tres mujeres cuya relación se forjó como compañeras de trabajo en una empresa –que tuvieron que abandonar por la crisis– apostaron por el autoempleo colectivo a través de una cooperativa que ofrece realizar las tareas y trámites para los que quienes normalmente no tienen tiempo.

Su punto de acceso a las cooperativas de trabajo vino de la mano del Curso de cooperativas de mujeres jóvenes de la ciudad de Toledo.

Como señala una de las tres socias promotoras, Rebeca Calderón, “decidimos emprender un proyecto en común en el que pudiéramos desarrollar nuestras aptitudes profesionales y gestionar la empresa de acuerdo con nuestros valores personales”.

Cuando estas emprendedoras quisieron poner en valor sus conocimientos y experiencia profesional para buscar qué tipo de servicios podían ofrecer como empresa, valoraron que en el tiempo en que estaban desempleadas recibían una continua petición de ayuda de familiares y amigos para realizar gestiones personales como dar de alta la luz, presentar escritos de alegaciones ante las administraciones, recurrir multas, recoger el correo, ir a la compra y otros trámites de la vida cotidiana. Así, pensaron que gestionar esos trámites era una opción para formar una empresa que diera estos servicios.

Habiendo valorado esa idea, pensaron que el mismo problema de falta de tiempo lo tenían también frecuentemente autónomos y pymes, pues existen períodos en los que el trabajo se acumula y falta personal para llevar a cabo todas las tareas. Valorando su experiencia administrativa y contable, las socias cooperativistas decidieron ofrecer también este servicio a las empresas, para que estas mejoraran su eficiencia sin incrementar costes fijos en personal.

De esta forma, las socias de la cooperativa quieren, con su proyecto, superar el concepto habitual de externalización, hacia una nueva idea que ellas definen como “encargarse de la gestión del tiempo en general, tanto para empresas como para particulares”.

Según las socias de la cooperativa, eligieron como modelo de empresa la cooperativa de trabajo, tras evaluar las diferentes fórmulas. “Este es el tipo de empresa más democrática que existe”, según explicaron las otras dos socias Elena Bueno y Vanesa Ruiz.

Superar los problemas

A pesar de que les gustaba la idea de la cooperativa de trabajo, como era de esperar, no todo fue fácil. Tras la elección del tipo de empresa, las nuevas socias vivieron una serie de dificultades. La más importante fue sin duda la renuncia de una de las socias, justo antes de que la empresa se pusiera en marcha, lo que provocó un retraso en los planes para iniciar la actividad. Sin embargo, este conflicto no significó renunciar a la idea. Las dos mujeres que querían seguir lograron rápidamente incluir a una nueva socia “con el entusiasmo y las energías necesarias para emprender algo nuevo”.

En la actualidad, el objetivo más inmediato que tienen desde su sede, en la localidad toledana de Bargas, es buscar una estructura con la que desarrollar esta iniciativa cooperativa con el máximo de capacidad de trabajo. Por ello, ya han creado su página web para el acceso de sus clientes.

Si bien las propias socias llegaron a considerar en sus comienzos el nuevo proyecto como “una locura en tiempo de crisis”, tienen un objetivo claro que les empuja hacia adelante: “mejorar la vida de las personas a través de nuestro trabajo”, al tiempo de crear para sí mismas un empleo digno, donde puedan forjarse un futuro profesional y empresarial.

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