Publicado por: Coceta
Numero_19 | Mar 25 - May - 2010

Ante la crisis global, cooperativas y desarrollo local

DOSSIER. GRANDES TEMAS DEL COOPERATIVISMO

Boca de Huérgano

Boca de Huergano (Picos de Europa), parte del paisaje que promociona la red de Turincal

Paseo de Helechos
Cooperativa Umbela

En la imagen, un trabajador de la cooperativa Umbela, en Aragón

Cooperativa Aprop

Socias y usuarios de la cooperativa Aprop, en Cataluña

Cooperativa La Lunera

Miembros de la cooperativa La Lunera, en Andalucía, celebran su apertura

Ante una crisis económica que ha venido de otros países existen grandes iniciativas de desarrollo endógeno, un desarrollo pensado desde el territorio para que sus habitantes puedan tener un futuro sin necesidad de emigrar. En ese proyecto de vida tienen un papel relevante las cooperativas de trabajo, empresas que no se deslocalizan, porque en lo local construyen su realidad con aliento de futuro. Desde las organizaciones representativas del cooperativismo de trabajo se está impulsando la creación de cooperativas, bien en régimen de iniciativa privada o en colaboración con los poderes públicos locales.

El barrio de la Trinitat Nova, en Barcelona, tenía un problema, entre otros: un tercio de su población era gente muy mayor, muchas veces incapaz de salir a la calle sin acompañamiento. También tenía un alto grado de personas sin empleo o fuera del sistema por falta de papeles de residencia en regla o simplemente porque no encontraban trabajo.

De eso fueron conscientes ya en 1996, vecinos y vecinas organizados desde el Plan Comunitario del barrio, con soporte institucional y de un equipo de profesionales comunitarios y de otros ámbitos. Al hacer el diagnóstico del barrio, se dieron cuenta de que era posible ayudar a la gente mayor, generando empleo. E impulsaron, en 2001, la creación de Aprop (Cerca, en catalán) una cooperativa formada por mujeres españolas y extranjeras, que trabaja desde entonces y hasta hoy ayudando a la gente mayor en su vida cotidiana, y a su vez, apoyando la inserción sociolaboral. Parte de aquellos profesionales, constituyeron en 2004 la cooperativa Etcs, especializada en “desarrollo local comunitario”.

El 7º principio de la Alianza Cooperativa Internacional alude al compromiso con la comunidad

De eso trata lo que se conoce como desarrollo local, “un proceso de transformación de la economía y de la sociedad local que busca mejorar las condiciones de vida de su población mediante acciones concertadas entre los diferentes agentes socioeconómicos locales, públicos y privados, para el aprovechamiento sustentable de los recursos propios, mediante el fomento de las capacidades de emprendedoras locales y la creación de un entorno favorable”, según Andy Pike y Andrés Rodríguez-Pose, autores del libro Desarrollo Local y Regional.

Economía productiva

Eso es justamente lo que están haciendo diferentes organizaciones del cooperativismo de trabajo en todo el territorio español, y lo que hacen también cooperativas de trabajo de todo el mundo.

Para algunos, la mezcla de desarrollo local y economía social es la solución, la alternativa, en unos momentos, como los actuales, en que existe una crisis económica sin precedentes, cuyo origen radica en movimientos financieros que nada tienen que ver con la economía real y productiva. “La globalización genera distancias sociales y medioambientales. Ante el incremento del número de personas que compran y producen para los mercados globales, las relaciones económicas, que son fuente de cohesión en las comunidades locales, se debilitan”, explica Rubén Cuñat Giménez, de Florida Universitaria, en el resumen de su artículo El desarrollo local de las cooperativas de trabajo asociado en un entorno global. “El desarrollo económico local puede mantener las redes económicas locales y la cohesión social. La defensa de la economía local en plena era de la globalización puede parecer anacrónica. Sin embargo, el rescate de la identidad local actúa como mecanismo social de defensa de las regiones. La creación de pequeñas empresas cooperativas cuenta con un importante potencial para el desarrollo local y constituye un modelo específico de empresa que trata de combinar la eficiencia económica con la racionalidad social”, añade.

Muchas cooperativas se han especializado en la atención a domicilio, la educación infantil u otros servicios

Cada vez más políticos entienden la importancia de crear empresas de economía social para el desarrollo local, y aunque los avances son lentos, poco ??

a poco se van generando documentos e informes que lo confirman, como el de la eurodiputada, Patrizia Toia, conocido como Informe Toia, en el que recuerda al Parlamento Europeo que “gracias a su fuerte radicación local, las empresas de la economía social permiten crear vínculos entre los ciudadanos y sus órganos de representación regionales, nacionales y europeos y, por lo tanto, pueden contribuir a una gobernanza europea eficaz y a la cohesión social”.

Un bien para todos

Los hechos lo demuestran. La cooperativa Aprop es un proyecto de la asociación de vecinos y el Plan Comunitario de La Trinitat Nova, que en un inicio se formó gracias a una subvención, por cinco personas de diferentes nacionalidades. “Una parte de nuestro salario lo dejábamos como una bolsa económica que nos sirvió cuando se terminó la subvención”, cuenta Genoveva Reyes, gerente de la cooperativa. “Cobramos según lo que pudieran pagar, y nunca dejamos de atender a alguien que no pudiera pagar. Es muy impresionante y positivo nuestro trabajo. Cuando comenzamos nos dimos cuenta de que había gente que no salía a la calle hacía años. Es bueno saber que una está haciendo algo por esas personas mientras puede vivir con su propio salario”. Cada año, desde 2003, las miembro de Aprop organizan una jornada que se llama Qué gran es ser gran que es la fiesta de la gente mayor. “Por un día se olvidan de la vida diaria y tienen un espacio de esparcimiento”, cuenta Genoveva Reyes. “Les mostramos la cooperativa, les hacemos un acto cómico, organizamos mesas redondas con temas para gente mayor, y se trabaja para que se creen más puestos de empleo”.

Existen, tal vez, cientos de historias como la de Aprop en España. Personas de una comunidad, que lograron salir adelante en cooperativa, y además, cubrir alguna necesidad de la comunidad. En Aragón puede nombrarse Tiebel, que gestiona el servicio municipal para mujeres con problemas de género, o Vía Acompañamiento Terapéutico, de inserción social para personas con patologías o discapacidades psíquicas. En Madrid, está la cooperativa de jardinería Helechos, que realizó un convenio con la Consejería de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid para contratar a 20 mujeres desempleadas. En Andalucía se crearon varias cooperativas e incluso grupos cooperativos de educación infantil y de atención a mayores (ver recuadro abajo).

Muchas de estas cooperativas han surgido como consecuencia de la puesta en marcha de lo previsto en la denominada Ley de la Dependencia, y, en, otros muchos casos se han implantado y desarrollado por haber tenido la capacitación precisa para ganar un concurso público. Sin embargo, no siempre cuentan con la promoción y el apoyo de los poderes públicos, y viven, como en cualquier otra empresa, los aletazos de un mercado cada vez más competitivo. Aun así, consiguen que su proyecto empresarial siga adelante y, como personas trabajadoras en mejores condiciones que en otro modelo de empresa. Las mujeres de Aprop han pasado y pasan por momentos duros. La cooperativa sobrevive, sobre todo porque para algunas como la misma Genoveva, resulta mucho mejor que tener que trabajar para otros. “Puedo conciliar vida laboral y familiar, y sé que mucha gente no puede”, explica. “Gracias a mi trabajo como socia de Aprop pude estar con mis niños durante su primera infancia, y eso es un lujo actualmente. No los quería dejar solos, y hubiera tenido que dejarlos, en otra situación. Yo estoy en el barrio, voy a mi casa a comer, estoy a un paso”.

Una contribución cooperativa

Las organizaciones del cooperativismo de trabajo intentan, por diferentes medios, que ese desarrollo local pueda producirse en cooperativa. Cada año son múltiples los ejemplos de cooperativas de trabajo creadas en las diferentes comunidades autónomas que contribuyen al desarrollo de la localidad en la que se ubican. Lo hacen por varias vías. Por un lado, a través de una negociación política que posibilita acuerdos y por otro, a través de una intensa tarea de difusión del modelo de empresa con los valores que representa la cooperativa de trabajo. Algunas de las actividades son cursos destinados principalmente para los llamados “agentes de desarrollo local”, para que conozcan de cerca el modelo cooperativo a la hora de asesorar.

Las cooperativas están, vinculadas directamente a las personas que la integran y éstas lo están al terrritorio

Juana Ferrer, miembro de la cooperativa Etcs (Estrategias para la Transformación Comunitaria Sostenible), que formó parte del equipo impulsor de Aprop, insiste en el desarrollo pensado desde la comunidad y no desde afuera. “Es elemental entender qué significa desarrollo local’”, dice Ferrer. “Muchas personas piensan en hacer polígonos industriales. Llegan las industrias a los pueblos, porque les dan facilidades, pero luego piden unos perfiles que el pueblo no tiene, no genera empleo y se queda el edificio allí. O hacen 3.000 viviendas para pueblos de 700 habitantes.

Hay muchos tipos de desarrollo local. Puede hacerse con apoyo gubernamental o no, con sinergias de un solo municipio o de varios, en pueblos o en barrios de grandes ciudades: lo importante es analizar cuál es la situación del lugar y cómo se puede mejorar desde los recursos y las necesidades existentes. “Aquí en Cataluña había una zona de pueblos pequeñitos que estaban hartos de las instituciones públicas”, cuenta Ferrer. “Se pusieron de acuerdo y dijeron ‘yo me encargo del transporte, tú del bosque, etc.’, y así se organizaron. Lo que ancla a la gente al territorio es la idea de contar con ellos”.

Uniones como ésta se pueden encontrar no sólo en España sino también en Europa y en todo el mundo. La economía social juega un papel tan importante en la consecución de los objetivos de esos grupos, que por ejemplo, en América Latina, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), de gran importancia en la generación de expertos en políticas públicas, ideó un máster específico en Desarrollo Local y Economía Social. La misma Unión Europea está tomando en cuenta cada vez más a las cooperativas para la generación de desarrollo local. Ahora,más que nunca, esas redes creadas en cooperativa, son primordiales para construir modelos de economía alternativa y productiva.

* Por Mariana Vilnitzky, Laura Castro, Pilar Villaverde, Olga Ruiz, Sara Santana.

La historia de desarrollo endógeno de Mondragón

Lo que ahora se ve como una gran corporación empresarial cooperativa internacional, MCC, no es más que un ejemplo de desarrollo local. Los fundadores de la hoy Corporación Mondragón, la décima más grande del mundo, comenzaron en 1940 intentando sacar de la pobreza de postguerra a un valle de 7.000 habitantes en el que convivían el hambre y los conflictos internos. En aquel momento un sacerdote, José María Arizmendiarrieta, entendió que para generar empleo local había primero que formar a la gente. Así creó una escuela profesional abierta a todos que se convertiría con el paso del tiempo en un semillero de directivos, técnicos y mano de obra cualificada para las empresas del entorno y sobre todo para las cooperativas, y que hoy es la Universidad de Mondragón. Con bases solidarias de raíz cristiana, el sacerdote impulsó la creación, entre cinco estudiantes, de la primera cooperativa: Talleres Ulgor, hoy Fagor Electrodomésticos. Y de allí en adelante, con el despertar de la economía española, no hizo más que reproducirse en otras empresas. Dos entidades fueron claves en aquella reproducción: Caja Laboral y la Entidad de Previsión Social Lagun Aro, embrión del asociacionismo cooperativo industrial. Aunque en esta etapa ya aquella historia poco se parece al gran grupo industrial creado, los miembros de Mondragón siguen mirando al desarrollo endógeno como elemento imprescindible para la generación de riqueza.

Mondragón