Publicado por: Coceta
Europa / Internacional | Jue 26 - Feb - 2015

Cooproute culmina su primera etapa y busca nuevos caminos

“En el cooperativismo tenemos unos valores, una actividad que nos distingue; cultura y empleo, sostenibilidad y supervivencia, actividad empresarial y personas. Todos estos parámetros duales están en la filosofía del cooperativismo”. Con estas palabras Manuel Mariscal, vicepresidente de la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado (COCETA) y presidente de su homóloga a nivel internacional, CICOPA, comenzó su intervención en la presentación final de Cooproute, el proyecto que reúne a 80 cooperativas de 11 países (hasta el momento, la idea es ampliarlo) en la web www.cooproute.coop.

El proyecto da a conocer diversas experiencias vinculadas al cooperativismo, en una ruta turística europea, al tiempo que se promueve la intercooperación mediante el desarrollo económico de  pequeñas iniciativas locales que se van incluyendo  en el proyecto.

Dentro de la web, interactiva,  se pueden ver  tanto las iniciativas por rama de actividad como por localización geográfica, además de iniciativas cooperativas, pueden encontrarse, varios museos relacionados con el tema, comenzando por el Museo de Rochdale, cuna del movimiento cooperativo mundial. Sin olvidar los hoteles, restaurantes y otros tipos de actividades, siempre relacionadas con el turismo sostenible.

“Si el cooperativismo no existiera deberíamos ponerlo en marcha”, apuntó Mariscal. “Cooproute nos sirve para poner en valor los proyectos que ya existen, tomando en cuenta la situación en la que está Europa. Hay recursos artísticos, culturales, sociales que no están en explotación. Con la excusa del Cooproute debemos ponerlos en valor. Este es un itinerario turístico basado en la sostenibilidad, que permite sacar a la luz lo existente”.

Presentaciones

El evento, que tuvo lugar en la sede de la Generalitat de Catalunya en Bruselas, fue presentado por Amadeu Altafaj, representante del gobierno catalán, quien resaltó el carácter distinto de este tipo de viajes. “Estamos hablando del viaje, no del turismo, hay una gran diferencia”, agregó.

De hecho, varios de los ponentes, entre los que estuvieron Xavier López, director general de Economía Social de la Generalitat; Luca dal Pozzo y Elisa Terrasi, presidente y coordinadora del proyecto en la Confederación de Cooperativas de Trabajo europea (CECOP, por sus siglas en inglés); Mario Campi, del Comité Europeo Económico y Social,  se refirieron a la importancia de este otro tipo de turismo, que respeta a las personas y al territorio, que interactúa con los habitantes de pequeños pueblos, a diferencia del turismo masivo de sol y playa low cost.

Las cooperativas que forman parte de Cooproute pasaron un proceso de evaluación antes de “colgar” sus datos en la web. Los criterios, además de la aportación a su entorno, tienen que ver también con la posibilidad comunicacional de los miembros de la cooperativa en otros idiomas,  ser capaces de recibir gente y explicarles lo que hacen.

Cooproute es un proyecto piloto, inicial, que se encuentra aun en desarrollo. Hasta ahora la Unión Europea ha financiado su puesta en marcha, sin embargo, los miembros del proyecto entienden que hay que dar un paso más allá, para que todo el esfuerzo realizado no resulte infructuoso; por ello, se han lanzado a ganar el reconocimiento del Consejo de Europa como  Ruta Cultural Europea. Este reconocimiento daría a Cooproute un nivel más alto de visibilización, que serviría para difundir otro “tipo de turismo” vinculados a iniciativas cooperativas.

Aun y así, aunque el proyecto tenga el reconocimiento europeo, será necesaria una financiación, por lo que las organizaciones participantes han comenzado a buscar nuevas fuentes financieras,  que permitan dar continuidad a todo lo realizado hasta ahora.

Ejemplos

Muchos de los ejemplos de iniciativas que aparecen en Cooproute son inspiradores, tanto como modelo empresarial cooperativo como por su papel en el turismo responsable y en el desarrollo local.

Durante la presentación en Bruselas, se mostraron algunos de ellos. Desde España, la experiencia de la cooperativa L’Olivera. Esta cooperativa, comenzó en los años 70 para ayudar con una agricultura respetuosa con el ambiente a la gente del pueblo de Vallbona de les Monges, actualmente, no sólo producen vino y aceite de alta calidad sino que también hacen catas de ambos productos, organizan visitas a las instalaciones y ofrecen comidas.

Italia llevó el ejemplo de la cooperativa Viseras, iniciada por jóvenes de un pequeño pueblo de Cerdeña, Mamoiada, que crearon tres museos,  comenzando por el de las máscaras, algo muy típico de ese lugar y que hace honor al carnaval; otro etnográfico, que refleja la cultura y trabajo de la comarca y un tercero multimedia. Esa iniciativa llevó a que la población creara un foco turístico con hostales, artesanos, restaurantes y delicias locales. En tres años, en el pueblo, de 2700 habitantes, se han vendido  17.000 tickets.

Otro de los ejemplos fue el de  Cooperativa Ardelaine, de Ardeche, en el sur de Francia, un proyecto que comenzó con siete amigos que querían revitalizar una zona en donde solo había ovejas y que ahora tiene un hostal, museo de la lana, restaurante, producción de lana, tejidos, artesanías, y venta de colchones de lana. Comenzaron con un solo trabajador y hoy son 50.

Estas y otras tantas experiencias interesantes pueden encontrarse en www.cooproute.coop, para quienes tengan interés en viajar de otra manera, relacionarse con la gente del lugar, y hacer turismo de calidad y disfrute mientras se aprende.