Publicado por: Coceta
Internacional / Numero_15 | Jue 09 - Jul - 2009

El renovado Parlamento Europeo tiene en su agenda importantes temas sociolaborales

Diferentes normas laborales y sociales serán abordadas en la nueva legislatura de la Eurocámara, en cuya elección participó menos de la mitad de la población europea con derecho a voto.

El nuevo Parlamento Europeo, cuyos miembros fueron elegidos entre el 4 y el 7 de junio, tiene ya constituida para esta legislatura, junto a las demás instituciones europeas, una agenda relacionada con el empleo y los asuntos sociales, formada por diferentes cuestiones que pueden tener importantes repercusiones sobre la clase trabajadora, tanto la que desarrolla su labor en las empresas capitalistas como la que lo hace en cooperativas de trabajo asociado.

Por ejemplo, la Comisión Europea debatirá si presenta una nueva propuesta de directiva de tiempo de trabajo (con la anterior no fue posible que el Parlamento y el Consejo llegaran a un acuerdo), ya que la legislación actual sobre el tiempo de guardia y las sentencias del Tribunal de Justicia no son compatibles. Así mismo, el Parlamento analizará en primera lectura los cambios propuestos en legislación laboral respecto a una mejor conciliación de la vida familiar y profesional, especialmente sobre la baja maternal. Los cambios buscan mejorar el equilibrio entre la vida personal y la profesional. La Comisión ha propuesto elevar la duración mínima de la baja por maternidad en la UE desde las 14 semanas actuales hasta las 18. Además, las mujeres que trabajan como autónomas también tendrían acceso a este derecho. Otra cuestión a tratar es la movilidad de los trabajadores y los derechos de pensión, es decir, las normas mínimas para la adquisición de derechos de pensión complementarios que faciliten a los trabajadores la movilidad entre Estados, sin que por ello pierdan los derechos acumulados.

Escasa participación

Bajo el lema de “Tú eliges-tú decides. Unidos en la diversidad”, único para toda la Unión Europea, los más de 375 millones de personas de los 27 países miembros tuvieron la oportunidad, entre el 4 y el 7 de junio, de elegir a sus representantes en el Parlamento Europeo. Esta institución es, junto con la Comisión Europea y el Consejo de la Unión Europea, uno de los principales órganos de los que se ha dotado la UE. El sufragio fue ejercido por un porcentaje minoritario: tan sólo un 43,1% ha sido la media europea que ha participado en las elecciones, la tasa más baja desde 1979.

Parlamento Europeo

Otro hecho destacable es el cambio en la composición de la Eurocámara. La reducción de eurodiputados que han sufrido los socialistas ha generado una nueva composición, en la que el Partido Popular Europeo se configura como la principal fuerza política europea, al tiempo que aparecen nuevos grupos políticos que representan un 12% de la composición de la Eurocámara. Esta nueva composición abre bastantes interrogantes sobre cómo va a asentarse la construcción europea. El Parlamento se enfrentará a partir del verano de 2009 a varios retos de gran importancia, como son la crisis, el Tratado de Lisboa y el cambio climático. Con la posible entrada en vigor del Tratado de Lisboa -ha de estar aprobado por los 27 estados miembros- la cohesión legislativa entre el Consejo Europeo y el Parlamento será la norma general de actuación, lo que resulta de gran importancia, ya que hay que tener presente que ambas instituciones representan intereses diferentes. El Consejo defiende los intereses propios de cada país o región, en tanto que el Parlamento defiende posturas más ideológicas, relacionadas con el interés general europeo. El nuevo Parlamento Europeo también deberá pronunciarse sobre la composición de la nueva Comisión Europea, así como sobre los nuevos cargos de presidente y jefe de la política exterior de la UE.