Los Estados miembros de la UE deberán apoyar el trabajo autónomo y colectivo

El Parlamento Europeo aprobó el 8 de septiembre, por amplia mayoría, las propuestas de las directrices que definirán las políticas de empleo y el modelo económico europeo para los próximos años, en concreto en la Estrategia denominada Europa 2020.

Banderas de la Unión Europea en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo. Foto: Freshwater2006 (flickr.com).

En dichas directrices se insta tanto a las propias instituciones de la UE como a sus Estados, a desarrollar medidas, que deben centrarse en aumentar el empleo y eliminar los obstáculos al crecimiento derivados de la legislación, la burocracia y la mala asignación de recursos.

De forma más concreta, se insta a los Estados a apoyar las fórmulas de empleo autónomo (individual y colectivo) mediante formas de empresas de economía social, como las cooperativas de trabajo.

Asimismo, se indica que se ha de lograr un enfoque integrado de la gobernanza en varios niveles, así como de los principios de la asociación, desempeñando, ambos, un papel fundamental como vectores para llegar a los innumerables agentes económicos y sociales que viven en la Unión, sobre todo las pymes y la economía social.

Bruselas considera que para conseguir el objetivo de incrementar la participación en el mercado laboral en un 75% de la población activa, es necesario que se apoye a todas las formas de empresa, otorgándose un papel relevante a las de la economía social. Por ello, el Parlamento Europeo solicita que los Estados tengan en cuenta la diversidad de formas de empresa, para que no sólo las tradicionales, tengan unas condiciones similares.

El Parlamento también indica que las políticas adoptadas en el marco de la Estrategia Europa 2020, deben promover decididamente la igualdad de oportunidades y la igualdad de género e incorporar la dimensión de género. Ello incluye iniciativas destinadas a reforzar los derechos de las mujeres y a combatir la discriminación contra la mujer. Se han de revisar los sistemas de protección social con vistas a suprimir las desigualdades. Se debe hacer hincapié en las condiciones de trabajo en sectores en los que las mujeres tienen una representación excesiva; ha de tratarse el asunto del empleo involuntario a tiempo parcial; y debe reforzarse la igualdad de género en la formación y educación. Para 2020, la brecha salarial por razones de género debe reducirse a una horquilla del 0-5 %. La alta tasa femenina en las cooperativas de trabajo ha de servir de ejemplo en Europa, como impulsor de la igualdad de género.

A través de 50 enmiendas la Comisión Europea y los Gobiernos promoverán una nueva política de empleo, que será aprobada en el Consejo Europeo a finales de año, con la presidencia belga.

Juan Antonio Pedreño, presidente de Coceta y Cepes ha mostrado su satisfacción ante esta resolución, ya que, una vez más, el Parlamento Europeo reconoce el papel de la economía social en la generación de empleo, reseñando cómo las cooperativas de trabajo han generado empleo durante los primeros meses de este año, en un 13% más que en el mismo periodo del año 2009.