Publicado por: Coceta
Numero_8 / Opinión | Sab 01 - Mar - 2008

Las consecuencias de la sobrecarga

Cerca de once millones de personas en España se encuentran comprendidas en la franja de edad entre los 45 y 65 años. Y, de ellas, más de un 50% son mujeres. Estas mujeres presentan una tasa de enfermedades crónicas mayor que la de los hombres al tiempo que perciben que su estado de salud es peor que el de los hombres.

Mirada

En la actualidad, en las mujeres recae un doble o a veces triple trabajo.

Éstas son algunas de las conclusiones que la publicación del segundo informe sobre Salud y Género, del Ministerio de Sanidad y Consumo, dedicado este año a las edades centrales de la vida, ha reseñado.

Este informe destaca que la sobrecarga de roles en las mujeres y las conductas asociadas tradicionalmente a los hombres constituyen elementos de peligro para su salud. Esta sobrecarga se está produciendo debido a que factores como la baja natalidad, el aumento de la esperanza de vida y el retraso en la emancipación de los jóvenes del hogar familiar hacen que recaiga sobre las mujeres de entre 45 y 65 años un doble y a veces triple trabajo.

Lo sorprendente de este informe -o al menos a quien escribe estas líneas le sorprende- es que tenga que haberse hecho este estudio para decir a la sociedad lo que una parte, al menos las mujeres, ya conocemos. Es decir que en los últimos años hemos perdido calidad de vida, a la vez que quienes no lo han querido ver o escuchar hasta ahora tampoco consideramos que quieran hacerlo.

Las mujeres españolas presentan una tasa de enfermedades crónicas mayor que la de los hombres

Las mujeres hemos ido asumiendo los roles laborales que nuestra formación nos ha permitido, pero hemos sido incapaces de aprender a delegar y soltar lastre de las tareas domésticas, del cuidado de los hijos y de los mayores. Bien es cierto que la otra parte de la sociedad, la formada por los hombres, no lo ha facilitado, que hemos tenido que conquistar posiciones después de un arduo trabajo y teniendo que demostrar, en una gran mayoría de los casos, que estamos mejor preparadas y formadas que los hombres. Pero esto ha sido a cambio de dos consecuencias de gran importancia: uno, que ha repercutido sobre nuestra salud y, dos, que ha repercutido sobre nuestra economía. Porque hemos hecho y estamos haciendo el esfuerzo de trabajar en casa y fuera de la casa ganando, en ambos casos, menos que los hombres, y no me refiero sólo a términos monetarios, que también, sino en términos de descanso, de relax, de ocuparnos de nuestros ocios, que los tenemos. En definitiva, no hemos sabido enseñar a compartir tareas con la otra mitad de la sociedad. Ésta es nuestra asignatura pendiente.

La educación en igualdad es un factor de esperanza, pero tenemos que avanzar deprisa, y en ello tienen que colaborar los hombres… Puede que ahora conociendo este informe y lo que implica de gasto social y de imposibilidad de las mujeres de seguir con esta sobrecarga, se pongan las pilas. Si esto es así me pregunto si no será nuevamente por egoísmo.

Paloma Arroyo es directora de COCETA

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