Publicado por: Coceta
Numero_9 / Opinión | Jue 01 - May - 2008

Preocuparse y ocuparse del futuro

EDITORIAL

Aún no ha transcurrido un mes desde la elección del nuevo Gobierno de Zapatero y las críticas se han dejado oír en diferentes ámbitos, llegando incluso al europeo. Se ha criticado su decisión de configurar un Gobierno con mayoría de mujeres; se ha criticado el haberlas designado al frente de ministerios hasta ahora tradicionalmente masculinos, como el de defensa; se ha criticado la falta de experiencia o visibilidad pública de algunas de las ministras; el haber confiado nuevamente en alguna ministra ‘tocada’ de la legislatura anterior, y así se podría seguir, porque prácticamente muy pocas han sido las felicitaciones por el nuevo Gobierno.

Parece no analizarse la estructuración de nuevos departamentos ministeriales, la reestructuración de algunos, la readaptación de políticas para hacer realidad las legislaciones de marcado carácter social que se han promulgado durante la pasada legislatura. Estas medidas parecen tener como denominador común adaptar nuestra sociedad de forma real a las personas que la forman, preparar a nuestra juventud para afrontar los nuevos retos de una sociedad cada vez más globalizada pero no por ello menos humanizada, preparándonos para progresar en este primer cuarto de siglo.

Por supuesto que no han de ser todo parabienes, porque en una sociedad plural y democrática es lógica la discrepancia y la divergencia.

Lo que ya no parece tan adecuado es lanzar los dardos prácticamente antes de haber iniciado la partida.

Es preciso que se sienta que el cooperativismo y la economía social forman parte de las prioridades del Gobierno

En estos momentos en que la palabra “crisis” está aflorando en todos y cada uno de los diferentes medios de comunicación, se precisa estabilidad, tener una situación política equilibrada, alcanzar consensos en materias importantes, por supuesto, entre ellas, todas las cuestiones que afectan al entramado económico- financiero, dejar de lado cuestiones partidistas. Ahora no se trata de ganar el voto, sino de que no caiga la tasa de empleo, el nivel de bienestar social que se ha alcanzado, ya que todos sabemos que el miedo es uno de los principales handicaps de los mercados financieros.

Por ello, es necesario trabajar por la confianza. Pueden venir tiempos difíciles, pero diciéndolo y únicamente lamentándose será difícil superarlos. Es necesario ponerse a trabajar para que la dificultad no se instaure en nuestra sociedad.

En esta voluntad de superación, de progreso, de eliminación de los obstáculos, nuevamente, encontraremos a las cooperativas de trabajo, tal vez porque el bien más preciado de las mismas sea el trabajo: del mismo dependen no sólo las personas que las forman sino todas aquellas que de manera directa e indirecta colaboran con las cooperativas y, por ello, se ocuparán y preocuparán de no perderlo.

En su lucha diaria, las cooperativas tendrán el apoyo y la colaboración de sus organizaciones representativas en los diferentes ámbitos territoriales, estatal y europeo. En estos ámbitos nos moveremos para que las cooperativas de trabajo cumplan sus objetivos y de su éxito se beneficie el entorno en el que actúan, en primer lugar, y la sociedad en general, en segunda instancia.

Se necesita de un Gobierno que ponga en práctica y lleve a cabo las políticas consignadas en su programa electoral, al tiempo que escuche y haga realidad lo que precisan las cooperativas de trabajo en temas económicos, fiscales, comerciales y legislativos, entre otros. Se lleva tiempo asistiendo a la puesta en marcha de políticas dirigidas a las pymes y a las micropymes en las que parece no están comprendidas las cooperativas de trabajo, y es en estos momentos en los que se ha de ver la voluntariedad del nuevo Gobierno. En este reto esperamos que encontraremos su apoyo y colaboración. Es preciso que se sienta de una vez por todas que el cooperativismo de trabajo y la economía social en general forman parte de las prioridades de un gobierno. Que su contribución a la creación y mantenimiento de un empleo estable y de calidad, por definición -tan necesario en estos momentos actuales y futuros-, sea considerada, potenciada y reconocida.

Es lo que esperamos y, sobre todo, deseamos.