Publicado por: Coceta
Numero_23 / Opinión | Lun 27 - Jun - 2011

Un pacto con la ciudadanía

EDITORIAL

Si nos situamos en un escenario internacional encontramos una situación de fortalecimiento casi generalizado de la actividad. Sin embargo el crecimiento del PIB español en el primer trimestre de 2011 continuó siendo inferior al de las principales economías de nuestro entorno y, en particular, al de la zona del euro cuyas tasas de avance interanual se situaron en el 2,5 % en ambos casos.

Si seguimos a la Encuesta de Población Activa (EPA) observamos que en el primer trimestre de 2011 el descenso del empleo prosiguió y se cifró en torno a 250.000 personas en relación con el trimestre anterior. Como consecuencia de lo anterior, la destrucción de empleo tuvo su traslado en el aumento del desempleo, que se cifró en 4.910.200 personas, con lo que la tasa de paro repuntó hasta el 21,3 %, un punto porcentual más elevada que la del trimestre anterior.

El deterioro de la tasa de desempleo fue generalizado por sexos, si bien resultó más intenso entre las mujeres. La tasa de paro femenina se situó en el 21,9%, y la masculina, en el 20,8%, ampliándose la brecha entre ambos colectivos hasta 1,1 puntos porcentuales, ante sólo las dos décimas de un año antes. Por edades, los más jóvenes fueron de nuevo los más afectados por el desempleo, con una tasa que repuntó cerca de dos puntos, hasta casi el 35 %.

Queremos mostrarle a la juventud que otro futuro es posible, pero que hay que construirlo

Todos estos datos no hacen sino expresar que prácticamente desde principios de este año estamos asistiendo a una serie de acontecimientos que están poniendo a prueba las bases del sistema político y económico que hemos construido, estructurado y organizado durante los últimos 35 años. La crisis en la que estamos instalados, de la que tan difícil nos está resultando salir, está conmocionando las bases sociales. Las diferentes medidas que se han adoptado no parecen generar los resultados esperados. La ciudadanía pide soluciones, a través de medidas que afecten también a las entidades financieras o grandes corporaciones empresariales, que con beneficios millonarios pretenden reducir plantilla, por ejemplo. Para la ciudadanía no resulta admisible que las medidas adoptadas pasen por el recorte de salarios, derechos sociales, educativos, etc., sin que existan medidas que faciliten el crédito a las empresas, que con posibilidades aumentar producción, de crear empleo, se ven abocadas a no hacerlo porque precisan liquidez, para las familias que no pueden hacer frente a los pagos de las hipotecas, para que los jóvenes puedan acceder a un empleo digno… esto es lo que reclama y precisa la ciudadanía.

La expectativa generada por la celebración de elecciones municipales en toda España y autonómicas en algunas comunidades se ha mantenido, generando incógnitas que los resultados de las urnas han traducido en incertidumbre en algunos casos, confianza en otros, sin que la clase política parezca comprender que de la situación actual no se saldrá aisladamente, en un pueblo sí y otro no, o en una comunidad sí o en otra no.

Hemos citado a los jóvenes. Ellos, sin lugar a dudas, son una de las partes más perjudicadas de nuestra sociedad; la juventud mejor formada y preparada de nuestra historia y sin embargo la que se ve imposibilitada de desarrollar sus capacidades –de ahí que no sea de extrañar que hayan decidido dar un paso adelante–.

De los y las jóvenes hablamos en esta edición, porque aunque parezca casualidad, cuando comenzamos a elaborar los contenidos de este número 23 de Empresaytrabajo.coop, pensamos en la juventud como destinataria de nuestro dossier. Para mostrarles que otro futuro es posible, pero que hay que construirlo. Que existe un modelo de empresa, la cooperativa de trabajo, que les proporciona trabajo, digno y estable.

Por eso es importante que la clase política, ¡toda la clase política! establezca un pacto, para hacer avanzar a España.