Publicado por: Coceta
Extremadura / Numero_8 | Sab 01 - Mar - 2008

Los carpinteros de San José sobreviven gracias a la flexibilidad y la destreza

Flexibilidad ante los cambios y mucho trabajo. Esto fue lo que hizo que una cooperativa que comenzó con el trabajo carpintero de un cura, un notario y un empresario, sobreviviera 38 años de cambios internacionales y abaratamiento de los productos elaborados.

Carpintería San José en Trujillo

Uno de los miembros de la cooperativa San José, en pleno trabajo, en su taller de Trujillo.

Carpinteros de San José es una sociedad cooperativa de trabajo asociado situada en Trujillo. Desde 1970 se dedica a la carpintería y la ebanistería, sector en el que han conseguido labrarse una buena reputación por su profesionalidad y su capacidad de adaptarse a los cambios.

“La historia comenzó con la idea de Fernando Rodríguez Rubio, registrador de la propiedad, Ramón Núñez, párroco, y Manuel Leo, un empresario de hostelería”, cuenta Antonio Carrasco, presidente de la empresa. De esa idea original, la cooperativa comienza a dar sus primeros pasos en unos bajos del Ayuntamiento.

“No podemos decir que los comienzos fueran difíciles”, aclara Pedro Muñoz, otro de los socios.”¿Cómo iba a salir esto mal si la cooperativa la fundaron un cura, un registrador y un empresario que representaban a los sectores más influyentes de la ciudad?”. Por su parte, Tomás Terrones, el socio más veterano y fundador de la cooperativa, destaca que “teníamos mucha ilusión, muchas ganas de trabajar y no escatimábamos horas para la cooperativa”.

La agrupación la iniciaron 20 maestros carpinteros de los de antes, artistas en la utilización de la garlopa, el berbiquí, la escuadra o el serrucho. Los carpinteros no estaban muy al día de lo que significaba la gestión de una empresa. Lo que sí sabían era trabajar con gran destreza la madera. Actualmente, los tres fundadores e ideólogos también siguen siendo socios honoríficos vitalicios de la cooperativa en reconocimiento de su labor.

Los nuevos tiempos

La apuesta por el trabajo artesano sitúa los productos en un nivel de calidad muy elevado

En la actualidad son 12 los socios de la cooperativa, y hay dos personas más con contrato fijo. La plantilla que la saca adelante día a día trabaja con todo tipo de maderas y realiza todo tipo de mobiliario para el hogar. En los últimos tiempos han notado una gran demanda llegada del sector de la construcción. Lo que los ha ayudado a salir adelante en momentos de mucha competencia extranjera “barata” es la flexibilidad con la que trabajan. Según ellos, pueden hacer todo aquello que se les encargue. “La carpintería para nosotros y a nuestra edad ya no tiene ningún secreto, pues la mayoría de los que estamos aquí mamamos este oficio”, comenta Andrés Martínez, tesorero de la empresa.

La apuesta por el trabajo artesano sitúa los productos en un nivel de calidad muy elevado que ha atraído a una clientela fija.

La buena reputación de la empresa, en cambio, no hace que sus socios y empleados pierdan la perspectiva de futuro. Por eso, y para seguir adaptándose, han iniciado un proceso de remodelación de las instalaciones.